Espondilosis cervical: ¿Qué es?

Espondilosis cervical

La espondilosis cervical es una afección médica común que afecta a la columna vertebral en la región del cuello. A medida que las personas envejecen, es más probable que experimenten este tipo de degeneración en la columna cervical, lo que puede dar lugar a una serie de síntomas incómodos y, en ocasiones, discapacitantes. Si deseas saber más sobre este tema, te invitamos a que leas este post de Neurogen.

¿Qué es la Espondilosis Cervical?

La espondilosis cervical, también conocida como osteoartritis cervical o degeneración cervical, es una afección degenerativa que afecta a las vértebras y los discos en la columna cervical, que es la región de la columna vertebral que se encuentra en el cuello. Esta afección se produce a medida que las estructuras de la columna cervical sufren desgaste y envejecimiento, lo que puede llevar a cambios en la forma y la función de la columna vertebral.

Causas de la Espondilosis Cervical

La espondilosis cervical se desarrolla con el tiempo y es más común en personas mayores de 40 años. Algunas de las causas y factores de riesgo incluyen:

  1. Envejecimiento: El envejecimiento natural es la causa principal de la espondilosis cervical, ya que a medida que envejecemos, nuestros discos espinales tienden a deshidratarse y perder elasticidad.
  2. Desgaste Continuo: Las actividades repetitivas que ejercen presión sobre la columna cervical, como movimientos repetitivos del cuello o levantar objetos pesados, pueden contribuir al desgaste de los discos y las articulaciones.
  3. Lesiones Pasadas: Lesiones anteriores en el cuello, como accidentes automovilísticos o deportivos, pueden aumentar el riesgo de desarrollar espondilosis cervical.
  4. Genética: La predisposición genética también puede influir en la probabilidad de desarrollar esta afección.
  5. Malos Hábitos Posturales: Mantener una mala postura durante largos períodos de tiempo, ya sea en el trabajo o en casa, puede contribuir al desgaste de la columna cervical.

Síntomas de la Espondilosis Cervical

Los síntomas de la espondilosis cervical pueden variar en gravedad y pueden incluir:

  • Dolor en el cuello: El dolor en el cuello es uno de los síntomas más comunes. Puede variar desde una molestia leve hasta un dolor agudo y debilitante.
  • Rigidez en el Cuello: La rigidez en el cuello puede dificultar la movilidad y la capacidad de girar la cabeza.
  • Dolor en los Brazos y las Manos: La compresión de los nervios en la columna cervical puede causar dolor que se irradia hacia los brazos y las manos.
  • Entumecimiento y Hormigueo: Los síntomas de entumecimiento y hormigueo en los brazos y las manos pueden ser el resultado de la compresión de los nervios.
  • Debilidad Muscular: La espondilosis cervical puede causar debilidad en los músculos de los brazos y las manos.
  • Dolor de Cabeza: Algunas personas experimentan dolores de cabeza, especialmente en la base del cráneo.
  • Cambios en la Coordinación: En casos graves, la espondilosis cervical puede afectar la coordinación y la función de las extremidades.

Diagnóstico y Tratamiento

El diagnóstico de la espondilosis cervical generalmente implica una evaluación médica que incluye una historia clínica detallada y un examen físico. Además, se pueden utilizar imágenes de diagnóstico, como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, para evaluar la extensión de la degeneración y detectar posibles compresiones nerviosas.

El tratamiento de la espondilosis cervical se adapta a cada paciente y a la gravedad de la afección. Las opciones de tratamiento pueden incluir:

  1. Manejo Conservador: Para casos leves, el manejo conservador puede incluir terapia física, medicamentos para el dolor y cambios en el estilo de vida, como mejorar la postura y realizar ejercicios de fortalecimiento.
  2. Medicamentos: Los analgésicos y los antiinflamatorios pueden ayudar a aliviar el dolor y la inflamación.
  3. Terapia Física: La fisioterapia puede ayudar a mejorar la movilidad, la fuerza y la flexibilidad del cuello y los músculos circundantes.
  4. Inyecciones de Corticosteroides: En algunos casos, se pueden administrar inyecciones de corticosteroides para reducir la inflamación y aliviar el dolor.
  5. Cirugía: Para casos graves o cuando otros tratamientos no son efectivos, se puede considerar la cirugía para descomprimir nervios o estabilizar la columna vertebral.

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