En este post de Neurogen te explicaremos en detalle qué es el plexo braquial, su anatomía, funciones y posibles afecciones relacionadas.

¿Qué es el plexo braquial? ¡Te lo contamos!

El plexo braquial es una red compleja de nervios que se encuentra concretamente en la región del cuello y los hombros, que se extiende hacia los brazos. Está compuesto por una serie de nervios que se ramifican desde la médula espinal y son los encargados de transmitir las señales nerviosas entre el cerebro y las extremidades superiores.

El plexo braquial se forma por las ramas anteriores de los nervios espinales cervicales C5 a T1. Estos nervios se agrupan y se entrelazan para formar un conjunto complejo de fibras nerviosas que inervan los músculos y la piel de los brazos y las manos. A su vez, se divide en diferentes troncos, divisiones, cordones y ramas, y su disposición anatómica permite un amplio rango de movimiento y función en las extremidades superiores.

¿Cuál es la función del plexo braquial?

La misión del plexo braquial es transmitir las señales nerviosas desde el cerebro hacia los músculos y la piel de los brazos y las manos, lo que permite el movimiento y la sensibilidad en dichas zonas.

Los nervios del plexo braquial controlan una amplia gama de funciones, como levantar y mover los brazos, realizar movimientos finos de los dedos, sentir el tacto y la temperatura, y transmitir información sobre el dolor y la posición de las extremidades.

¿Qué ocurre si el plexo braquial sufre una lesión?

Las afecciones que afectan al plexo braquial pueden tener un impacto muy grande en la función de los brazos y las manos. Una lesión traumática, como un estiramiento o desgarro del plexo braquial, puede resultar en una disfunción parcial o total de los músculos y la pérdida de sensibilidad en las extremidades superiores. Esto se conoce como parálisis del plexo braquial y puede ocurrir por varios motivos, como por ejemplo, accidentes de coche, accidentes de moto, lesiones deportivas o complicaciones durante el parto.

El tratamiento de las lesiones del plexo braquial puede variar según la gravedad y la causa de la lesión. En casos leves, puede ser suficiente la terapia física y ocupacional para promover la recuperación y mejorar la función de los brazos y las manos. No obstante, en lesiones más graves, puede requerirse cirugía reconstructiva para reparar los nervios dañados y restaurar la función muscular y sensorial.

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¿Qué es la Siringomielia? ¿Qué zonas se ven afectadas? ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Cómo se trata? En este post de Neurogen daremos respuesta a todas estas preguntas.

Todo sobre la Siringomielia

Como bien sabes, en nuestro centro contamos con un equipo multidisciplinar para poder abordar patologías como la siringomielia, ya que es una enfermedad neurológica poco común que afecta la médula espinal.

Esta afección tiene su origen en la formación de un quiste lleno de líquido llamado siringe en el interior de la médula espinal, lo que puede provocar daño en los tejidos circundantes y afectar diversas funciones del cuerpo.

Esto ocurre como resultado de una obstrucción del flujo normal del líquido cefalorraquídeo (LCR), que es el líquido que rodea y protege el cerebro y la médula espinal. Esta obstrucción puede deberse a diferentes factores, como malformaciones congénitas, traumatismos espinales, tumores, inflamación o enfermedades degenerativas de la columna vertebral.

El diagnóstico de la siringomielia se lleva a cabo a través de una combinación de la historia clínica del paciente, el examen neurológico y las pruebas de imagen, como resonancias magnéticas (RM) de la columna vertebral, ya que las imágenes permiten visualizar la presencia de la siringe, su tamaño y ubicación, por lo que de esta manera es mucho más fácil evaluar cualquier daño adicional en la médula espinal.

Síntomas de la siringomielia

Uno de los síntomas más comunes de la siringomielia es la aparición de dolor crónico en el cuello, los hombros y los brazos, que puede irradiarse hacia el pecho y la espalda.

Otros síntomas incluyen debilidad muscular, pérdida de sensibilidad en las extremidades, espasmos musculares, alteraciones en la sensibilidad al calor y al frío, y alteraciones en la función urinaria y sexual. Estos síntomas suelen empeorar con el tiempo a medida que la siringe se agranda y daña más tejido nervioso.

Tratamiento de la siringomielia

El tratamiento de la siringomielia varía según la gravedad de los síntomas y el daño en la médula espinal.

Cuando se trata de casos graves, puede ser necesario recurrir a la cirugía para drenar o extirpar la siringe y aliviar la presión en la médula espinal.

Existen diferentes técnicas quirúrgicas disponibles, como la colocación de un shunt para desviar el líquido cefalorraquídeo o la realización de una laminectomía descompresiva. Estas intervenciones quirúrgicas tienen como objetivo eliminar la obstrucción y restablecer el flujo normal del líquido cefalorraquídeo, reduciendo así la presión en la médula espinal.

No obstante, es importante mencionar que el tratamiento de la siringomielia debe ser individualizado y llevado a cabo por un equipo médico especializado. Por otro lado, un seguimiento médico regular y la terapia de rehabilitación también pueden ser necesarios para controlar los síntomas, mejorar la función y brindar apoyo al paciente en su vida diaria.

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Entendemos lo crucial que es contar con un equipo médico confiable y experto cuando se trata de problemas neurológicos, especialmente en casos de traumatismos raquimedulares. Es por eso que te animamos a que te pongas en contacto con nosotros.

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¡Nos vemos en el próximo post!

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